domingo, 30 de noviembre de 2008

Si te busco debajo de una piedra, es porqué detrás de las puertas, en la playa, subiendo las escaleras mecánicas, nunca has estado. De vez en cuando tengo la impresión de que te escondes de mi, te disfrazas para engañarme y me abandonas cuando me confío. Aún así, no lo vas a conseguir, nos vamos a encontrar y entonces entenderás por que te buscaba.

sábado, 29 de noviembre de 2008


Y estaba yo tan tranquilo esperando que el niño se tirase al agua, luego iba y yo, y comenzó la cuenta a atrás. Así, como quien no quiere la cosa, sin esperárselo nadie, de repente todos esos años se hicieron presentes y comenzó la caída. El primero siempre esperaba que el otro tomase la iniciatiba. El segundo se enfadaba cuando el plan no le convencía. El tercero comía demasiado, eso le daba gases y era una compañía que no apetecía tener. El cuatro es un número que con el seis hace la cara de tu retrato. El cinco es el olvidado, ahí por el medio, el pobre espera que alguien lo utilice pero como mucho puede ser un culo. El séptimo piensa en flores, en canciones y desastres naturales, a veces hasta juega al futbolín pero nunca gana. Ocho veces me he acordado de ti esta mañana y nueve es la magia de la vida. Y nada, que a ver como lo afrontamos.............

viernes, 28 de noviembre de 2008


"... y volveré a reir, y a llorar, y tras la puerta empezará de nuevo el día, y saldré de mi escondrijo cuando vengas a buscarme". Esto no es mío. Es parte de algo que una chica me envío cuando ambos teníamos quince años. En aquel momento me pareció, por supuesto, un ataque a mi virilidad intentar camelarme con aquellas palabras ahora no sé si sinceras. Ahora me parece la oportunidad desaprovechada de la más bella historia, a lado de alguien con capacidad para volar, escapando a la rutina que nos alacanza y no nos deja en cuanto asumimos la primera responsabilidad. No es que ahora quiera a esa persona que repudié en mi adolescencia, tampoco creo que hoy siguieramos siendo felices en nuestro nido de amor ficticio a pesar de las inclemencias de la vida de cada uno, es solo que cada vez noto más pesadas mis alas. Ya no veo por encima de las montañas si no me apoyo en un taburete nuevo. Me escondo muchas veces en las sabanas de mi cama por temor al frío de la mañana. Y desde ya tengo la necesidad de que esto deje de asumirme. Quiero que todos sepais que hoy es el primer día de mi involución.......